La contabilidad financiera registra las operaciones de la empresa con el objetivo de poder determinar si la compañía ha tenido beneficio o pérdida en un periodo, cuál es su situación patrimonial, cuál es su caja y poder informar de ello a los propietarios, acreedores o futuros inversores. Para que todas las empresas construyan sus cuentas anuales de la misma forma y el resultado del ejercicio pueda ser calibrado de igual manera por todas las empresas a la hora de contabilizar se siguen los principios contables. Esto es la esencia de la contabilidad, el por qué y el para qué.
Por lo tanto, a la hora de estudiar este lenguaje, sin duda, encontraremos dos enfoques basados en la forma en la que un individuo se quiera desarrollar en la empresa; si quiere dedicarse a registrar las operaciones como contable y construir las cuentas anuales de una sociedad pública o privada o ser el garante de la imagen fiel de los libros contables debe ser muy sólido en el concepto bottom-up, es decir, de los cimientos al tejado del edificio, del registro contable a las cuentas anuales. Por otro lado, si el rol que quiere desempeñar es como gestor de una compañía o un negocios no sólo debe dominar (o al menos conocer el concepto bottom-up) sino que ha de saber deconstruir cualquier cuenta anual (top-down), y en este punto no me refiero al concepto de "forense contable "sino a algo más profundo y dinámico, entender para construir, saber cómo se hace para rehacer es el proceso que podemos denominar contabilidad deconstruida(*)... "from the cradle to the grave" ;-)
(*)"Contabilidad deconstruida" copyright Alfonso Pulido
2012 ©Alfonso Pulido Velasco